Desde su arranque a gran escala como cultivo en los 70 del siglo pasado, la fresa onubense y posteriormente la frambuesa y el arándano, han tenido en el mercado europeo su gran baza comercial.
Pero hoy ya no basta con Europa porque la coyuntura económica y el mundo han sufrido una profunda transformación. La globalización, las nuevas tecnologías de conservación, la rapidez en el transporte y la emergente producción invernada bajo leds en el norte de Europa han puesto al sector onubense en alerta respecto a sus relaciones comerciales, cuyo objetivo pasa por diversificar y llegar a destinos fuera de la Unión Europa.
A pesar de ello, el gruso de la producción se queda en el Viejo Continente aunque desde la patronal del sector, se tiene muy muy claro que ampliar horizontes comerciales es ‘pensar en el futuro’.
Uno de los motivos que aduce Rafael Domínguez, gerente de Freshuelva es “que debemos adelantarnos a las proyecciones futuras de los mercados porque aunque Huelva no incremente sus hectáreas de cultivo y mantenga una estabilidad del 1 o 2% de diferencial, estamos asistiendo a un crecimiento de invernaderos con tecnología led tanto en Holanda como en Alemania que van a suponer disponibilidad de producto propio en la misma época que la fresa onubense, muy acorde con las tendencias del comprador actual que pasa por consumir local.”
Los volúmenes exportados en la campaña 2019-2020 confirman este dato, ya que de las 400.000 toneladas que salieron de los límites nacionales, sólo llegaron a países extracomunitarios en torno a las 60.000. La explosión de la pandemis en 2019 supuso importantes distorsiones en el tráfico marítimo de todo el mundo, parálisis en los puertos, subidas de fletes y ausencia de tráfico aéreo. Y en este sentido, los berries, al igual que el resto de frutas y hortalizas, también sufrieron en sus exportaciones fuera de la U.E.
Alemania: 80 millones de bocas
Alemania, con un potencial de 83 millones de habitantes, es el principal comprador de berries españoles, con unas compras medias que superan las 250.000 toneladas e incluso superando las 300.000 en 2016 y 2017.
Reino Unido: el rey de las frambuesas
Una vez que la situación de incertidumbre por la salida del Reino Unido fue clarificada in extremis respecto a los aranceles soportados (no existen), se espera que la relación comercial con este país continúe con la misma fluidez. En frambuesa es el principal receptor con el 34 % del total exportado y en arándano es el segundo, con un 26% de cuota. De momento, queda por resolver administrativamente lo que ocurrirá a partir del 1 de abril con la nueva regulación fitosanitaria que marcan los anglosajones.
El proteccionismo francés
La producción gala llega a las 57.200 toneladas, una cifra deficiente para lo que es el consumo medio de los franceses (2,6 kilos per cápita) por lo que necesita de la compra española. Eso sí, Francia es el país europeo que siempre prima su producción y variedades por encima de cualquier otra. Así, es de destacar que la popular `Garriguete´ supere los 10 euros por kilo en el lineal frente al fresón de Huelva que no llega a los 3 euros. Esta concienciación por primar la producción local, de momento y aún después de la covid, se hace casi impensable en el contexto español.
Hay que señalar que históricamente este asunto ha acarreado divergencias y tensiones entre los agricultores de los dos países. La rivalidad más reciente se ha encarnado en la figura del dirigente francés de Carrefour que indicó en sus redes sociales que la fresa española carecía de sabor y preconizaba el consumo de manzanas y kiwis franceses, hasta que llegara la fresa autóctona.
La producción francesa mantiene su estabilidad en el último quinquenio y llega a las 3.300 hectáreas.
Los operadores franceses esperan que la actual campaña no se adelante tal y como sucedió en 2020 y sea a partir del mes de abril cuando los volúmenes comiencen a tener envergadura, alcanzando el pico de producción alrededor de la semana 20, en mayo.
El feeling italo-español
Aunque Italia es un país productor también es un gran consumidor interno por lo que “además de consumir su propia fresa, siempre están dispuestos a tirar de producto español con importaciones directas o través del mercado de Perpignan, donde se comercializa la fresa de Huelva.”
Los últimos datos de 2021 indican, además, que su superficie productiva mantiene una tendencia al alta valorada en un 9% y sumando 3.962 hectáreas, favorecida, entre otros factores, por su constante consumo interno. Italia dedica gran parte de su producción al comercio dentro de sus propias fronteras, por lo que su volumen de exportación no es muy elevado y supuso en 2020, unas 10.600 toneladas. “
Mercado español
Muy lejos han quedado los años en los que la fresa de Huelva era más conocida fuera de nuestras fronteras que en el mercado nacional, donde la fresa con nombre era la de las producciones locales de Aranjuez o Valencia. Hace más de dos décadas que empezó a consolidarse en los lineales españoles gracias al esfuerzo conjunto de productores, comercializadores y gran distribución. Los mismos avatares han tenido los arándanos, las frambuesas y moras, productos que hace menos de 10 años eran difíciles de encontrar en un supermercado español.
Canadá come fresa española y Brasil arándano
En menos de seis meses, la actividad de los berries onubenses por agilizar la apertura de nuevos mercados se ha visto satisfactoriamente compensada: se han firmado convenios comerciales con Canadá para exportar fresas y con Brasil para el arándano.
La apertura del mercado canadiense no tiene que esperar y es ya una realidad. De esta manera a la fresa onubense se le abre un destino de casi 40 millones de habitantes con un alto poder adquisitivo. “Lo importante ahora es afrontar el reto de diseñar una o varias rutas comerciales que propicien la llegada de la fruta a destino en las mejores condiciones posibles de calidad y sabor,” explican desde Freshuelva.
El protocolo canadiense se ciñe a un certificado fitosanitario que la Canadian Food Inspection Agency procesará y por el que se establece que el 100% de los envíos españoles se someterán a inspecciones físicas durante un periodo de prueba, que se estipulará a posteriori y dependerá de la tasa de cumplimiento.
Las negociaciones con Canadá están enmarcadas en el acuerdo de libre comercio (CETA) firmado en 2017 por la U.E. y Canadá, y por el que en el futuro se abordará también las negociaciones para comercializar arándanos.
Por su parte, responsables brasileños en la materia inspeccionaron en noviembre diversas plantaciones de arándanos de Euroberry y del Grupo Medina y corroboraron in situ los procedimientos que exige el protocolo de exportación en todos sus aspectos, especialmente en el sanitario. Y finalmente, en enero y tras varios años de negociaciones, Brasil dio luz verde al producto español.
El valor total de las exportaciones onubenses de arándanos fue de 317 millones de euros durante la pasada campaña, lo que supuso un incremento del 14%. Su volumen alcanzó las 55.000 toneladas, siendo un 2% inferior al año anterior.
El sector sigue manteniendo sus retos comerciales y continúa trabajando en los procesos de apertura comercial con los dos grandes gigantes asiáticos: India y China.
La elevada demanda de arándanos está provocando una potente subida de la superficie plantada en todos los países productores como Marruecos, Chile, Méjico, Perú y Estados Unidos. Se espera que en 2024 el consumo mundial alcance los 1.400 millones de kilos.